Una vez acontecida la pandemia COVID – 19 nuestros hábitos de vida se han visto totalmente transformados. La economía del país ha enfrentado un duro revés que compromete la estabilidad de cientos de empresarios y trabajadores informales que se enfrentan una crisis que está muy lejos de tener un final previsible. Frente a los riesgos de contagio por coronavirus el gremio de taxistas se enfrenta a una innegable amenaza que compromete la integridad de los conductores de servicio público que día a día salen a recorrer la ciudad en busca de sustento.
Según un reciente artículo del diario El Tiempo, se estima que alrededor del 6.02% de los taxistas en Bogotá están contagiados y ninguno de ellos demuestra signos aparentes de la enfermedad, tiempo durante el cual no solo exponen su vida sino además la de cientos de pasajeros que a diario se movilizan por Bogotá a bordo de un amarillo. Según declaraciones del profesor Luis Jorge Hernández Jefe del Departamento de Salud Pública de la Universidad de los Andes, los taxistas son considerados como una población en mediano y alto riesgo, dado que sus obligaciones formales les exigen permanecer extensas jornadas en la calle, movilizando diariamente a personas en potencial riesgo de estar contagiadas.
Frente a este panorama, los principales empresas y asociaciones que agrupan a los taxistas se han pronunciado, intentando implementar medidas de concientización orientadas a velar por la seguridad y el bienestar de los miles de conductores que cada día enfrentan esta amenaza. Se han previsto algunas medidas de protección que incluyen: aislantes de cabina vehiculares, capacitaciones en la implementación de normas de bioseguridad para conductores, actividades de desinfección adelantadas por empresas privadas y controles periódicos en la vía por parte de las autoridades de movilidad distrital.
Sumado a lo anterior, la mayor parte de los taxistas encuentran alternativas de protección viables para hacer frente a cualquier riesgo potencial de contagio, haciendo uso constante del tapabocas, desinfectantes con alcohol en spray, normas de distanciamiento social y limpieza periódica del vehículo cada vez que finaliza un servicio. Han sido habilitados algunos puntos en la ciudad donde una empresa privada ofrece el servicio de desinfección de manera gratuita para los cientos de taxistas que se movilizan por la ciudad: calle 72 con carrera 24, el estadio El Campín, la empresa Taxi Express y en la Terminal Salitre.
A pesar de las medidas en mención, cientos de nuevos casos emergen diariamente en el gremio consolidándose como un motivo de especial preocupación para los especialistas, las asociaciones y las autoridades sanitarias en Bogotá. Uno de los mayores retos se relaciona con el rastreo de contactos y la identificación de nuevos casos de contagio para su posterior aislamiento preventivo, dado que no existe un reporte claro acerca del número de pasajeros que diariamente moviliza un taxista ni tampoco las identidades confirmadas de cada usuario, razón por la cual se desconoce el alcance potencial de esta situación.
Por ahora los taxistas continúan brindando un servicio que cumple con todos los estándares de bioseguridad, en cumplimiento de su trabajo diario siempre velando por su seguridad y la de sus pasajeros. Se espera que con el tiempo las autoridades sanitarias se pronuncien sobre la situación actual del gremio transportador e implementen las medidas necesarias para proteger la integridad de cientos de personas que dependen de este oficio.
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